En un comunicado emitido en la misma jornada, el Ejecutivo español se manifestó “consternado por el elevado número de manifestantes muertos y heridos” habidos el lunes, al tiempo que llamó a evitar cualquier medida que agudice las tensiones.
Al menos 58 civiles murieron y unos 2400 resultaron heridos por las balas del ejército israelí durante una protesta en la frontera de la Franja de Gaza con los territorios palestinos ocupados, que se celebró en repudio contra la polémica inauguración de la embajada de EE.UU. en Al-Quds, hecho criticado a nivel mundial.
España, dice la nota, respalda las legítimas reclamaciones de los palestinos de tener un Estado propio, y en este contexto, considera “urgente” que se retomen las negociaciones de paz entre los palestinos e israelíes.
En cuanto a la medida de Washington, el Gobierno español enfatiza que el estatus de Al-Quds “debe ser una cuestión central de las negociaciones”, y por esta razón, recalca su intención de “no trasladar” la embajada española a dicha urbe ocupada, como determinan las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Más de 40 000 personas participaron en la marcha en Gaza, que vivió ayer el día más violento de los últimos cuatro años tras la agresión israelí de 2014. La brutalidad israelí y la apertura de la sede diplomática de EE.UU. en Al-Quds han provocado las críticas de gran número de países como Irán, el Reino Unido, Turquía, la Unión Europea (UE) y las organizaciones pro derechos humanos.
Palestina denunció ante la ONU que Israel está practicando cabo una “masacre” en la frontera de Gaza y urge al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) a que establezca protección internacional para los civiles palestinos.
Los palestinos están convocados a participar este martes en otra de las protestas de la llamada “Gran Marcha del Retorno”. La convocatoria de hoy coincide con la conmemoración luctuosa del Día de la Nakba (catástrofe), fecha en que Israel expulsó a los palestinos a la fuerza de sus hogares y tierras en 1948.